domingo, 8 de agosto de 2010

Adjuntas, P.R.

Gigante Dormido

La ubicación de Adjuntas como punto intermedio entre Utuado y la costa sur, era propicio a principio del siglo XIX para la concentración de vecinos de esta región; motivados tal vez por la fácil apropiación de terrenos; las riquezas que les proporcionaba la naturaleza, la abundancia de aguas y árboles para ser usada en la fabricación de casas y para la venta. El comercio ilícito es visto también como móvil del asentamiento de los pobladores de Adjuntas. Este comercio se hacia con extranjeros a través de los puertos de la costa sur, quienes vendían animales y alimento a cambio de género y textiles y herramientas. La proximidad de este tráfico, quizás explique la temprana concentración de vecinos en la región de Adjuntas, por lo que en 1805 se estableció una ermita. Los vecinos solicitaron de las autoridades eclesiásticas la erección de una nueva parroquia independiente ya que la distancia hacia difícil la administración de los auxilios espirituales a los feligreses; a tal efecto eligieron como su representante a Don Diego Maldonado. El 11 de agosto de 1815 se marca como la fecha de la promulgación de la fundadación del pueblo adjunteño.

El 20 de agosto del mismo año, el presbítero Don José Policarpio Pérez, le entrega al presbítero Don Pedro Antoín de Rivera, cura Rector de la matriz de Utuado, la documentación para que fuese aprobada y firmada, a lo que procedió de inmediato.

El 24 de agosto, regresa el cura Policarpio Pérez al pueblo, para la ya nueva parroquia; inspeccionó su iglesia y los ornamentos y demás utensilios, mas hallándola con el aseo y decencia posible, la bendijo según el ritual romano; celebrando luego la santa misa y dedicación del templo, a los santos patrones San Joaquín y Santa Ana, exhortando a la frecuencia de los Santos Sacramentos y asistencia a los oficios; para que quedara perpetua constancia, lo firmo en este pueblo, la fecha del 24 de agosto de 1815, siendo testigos, el Teniente de Guerra Don Juan José Vázquez, Don Tomas de Torres, Don Juan de Torres, Don Domingo Santaella, Don Antonio Colondres, Juan Serrano, Miguel Serrano, Juan Guillermo de Torres, Don Manuel González, Martín de Torres, Don Diego Maldonado y otros varios que por no saber firmar no lo hicieron y de lo que el cura dio fe.

El día 28 de agosto de 1815, fue celebrado el primer bautismo en la niña Jacinta, quien nació el 16 de agosto del mismo año, hija de Manuel de Santiago y Rafaela de Torres.

El primer entierro fue el de Doña Tomasa Torres el 8 de noviembre de 1815. El primer matrimonio fue el de Don Diego Maldonado (viudo de Manuela Rodríguez) con María Juana Álvarez el día 20 de diciembre de 1815.

La utilización de la fuerza de trabajo fue siempre reducida en Adjuntas, a causa del limitado capital de los dueños de esclavos en este pueblo, el mantener un grupo grande de esclavos en medio de un ambiente donde predominan los bosques es visto con recelo por los esclavistas ya que el temor a fugas y levantamientos siempre estuvo latente en los sectores esclavistas y las montañas facilitaban estas acciones de los esclavos.

En el año 1815 el número de esclavos era de 26, desglosados en"1 padre, 4 madres, 13 hijos y 8 hijas". Similar número encontramos en 1820 con"3 padres, 5 madres, 7 hijos, 8 hijas para un total de 23 esclavos".

En 1816, un año después de la fundación, Adjuntas tenia 3,240 habitantes. Mientras el pueblo crecía día a día, aumentando el número de habitantes, lo mismo ocurría en los barrios que le fueron asignados a la nueva municipalidad.

Se levantaron fincas de café y se cultivaban frutos para propio consumo de las familias campesinas, y a la vez traían a la población para la venta de los mismos. La crianza de ganado, caballos de montura y carga, y toda clase de animales iba en aumento. Se utilizaban maquinas movidas por fuerza animal o hidráulica para beneficiar el café, montando en algunas partes trapiches y trenes de fondos de hierro para hacer melao y azúcar morena.

La primera alcaldía se instalo en la esquina intersección de las calles Rodulfo González y Rius Rivera, donde hoy dia se encuentra la casa parroquial; aunque hasta el 1822 la alcaldía era anexo a la de Utuado.

La zona urbana del municipio estaba constituida en el año 1824 por un total de 8 casas, y 4 bohíos, mientras que en el campo 120 casas y 42 bohíos esparcidos por todo el territorio.

Los propietarios de las ocho casas ubicadas en el pueblo eran: la nombrada del Cura, Don Tomás de Torres (alcalde), J. Miguel Serrano, Dominga Santaella, Manuel Torres, Yonacio de Torres y Juan de Torres. Además se encontraba la parroquia en"regulares condiciones". El cementerio ocupaba el terreno que hoy día esta detrás de la farmacia Giannoni, Calle Santa Ana, esquina Dr. Barbosa. El cementerio con cerca de"madera deteriorada", y la cárcel que no estaba concluida.

La producción de café se intensificó durante las últimas décadas del siglo XIX, y estaba destinada principalmente a la exportación del grano hacia Europa, donde gozó de gran estima. Cuando algunos países latinoamericanos comenzaron a producir café, el precio del grano bajó considerablemente, y la producción en Adjuntas bajó. También el cultivo de cidra, la cual se procesó en Adjuntas y enviaba a los mercados europeos. Saliceti y Mattei de Adjuntas trabajaron en la producción, siembra y confección de cidra por muchos años. También la familia holandesa DeJong de Adjuntas quienes continuaron el negocio de cidra bajo la Corporación"Citron Export" en al Barrio Garzas de Adjuntas. La siembra de cidra mermó su producción por una extraña enfermedad que atacó las plantaciones del producto y afectó al mismo. Un huracán a final del siglo XIX (1898) causó grandes daños a la agricultura local, que necesitó varios años para recuperar. La población de Adjuntas fue ocupada por el ejército norteamericano en agosto de 1898, durante la Guerra Hispano Americana, estableciendo allí un puesto militar.

El presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt, de regreso a una visita de inspección de la construcción del Canal de Panamá y luego de visitar al Gobernador de la Isla, pasó en automóvil por Adjuntas. En una de sus cartas a su hijo Kermit, el presidente describió su viaje al interior de la Isla, señalando lo empinada de la cordillera y lo colorido del paisaje:"La próxima mañana regresamos en automóviles sobre diferentes y aún más bellas carreteras. Los pasos de la montaña nos hicieron pensar en una Suiza tropical. Tuvimos que cruzar dos o tres ríos donde bueyes con yuntas atadas a sus cuernos halaron los automóviles sobre el agua. En una pequeña aldea almorzamos al aire libre, muy bueno, con pollo, huevos y pan, y algún vino ofrecido por un acaudalado joven español que llegó desde una finca de café de los alrededores. Se cree que la alusión a la "Suiza tropical" de Roosevelt fue la que le dio el cognomento por el cual Adjuntas es conocido hoy día La Suiza del Caribe, del Caribe, la "Ciudad del Gigante Dormido" es una alusión al perfil de una montaña que se ve desde el pueblo.


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